e mërkurë, 13 qershor 2007

LILAHAZARD

Fedosy Santaella




ANTES

La Hormiga Atómica no era el mismo de otros tiempos. Tenía aún la imbatible fuerza que todos le conocimos, pero aun así, no era el mismo. Y eso le hacía sufrir demasiado, pues tenía una vanidad muy grande.

Los héroes, los artistas y los argentinos tienen fama de poseer el registro de vanidad más ostentoso de la humanidad…

Ojo: no debemos colegir que un argentino, sólo porque esté incluido en esta breve lista también sea, de facto, es decir “porque-sí”, un héroe o un artista, o ambas cosas…

Por cierto, yo tengo un cuñado argentino que cocina muy bien. Saludos al cuñado, por allá por Alemania. Espero que después de leer esto no amole sus cuchillos y se venga enfurecido para Venezuela…

La que sí se lanzó para nuestra excelsa República Bolivariana, fue la Hormiga Atómica. Ella, como ya sabemos, vuela, así que no compró pasaje, aunque igual se vino volando a nuestra querida patria. Había visto en una página wesssss que en aquel país “al norte del sur”, remediaban el problema que le aquejaba.

Luego de frustrar tres asaltos a mano armada, cuatro ejecuciones a quema ropa, diez operaciones menores de narcotráfico, quince estafas con paquete chileno, veinte estupros, y cien fornicaciones sin condón (todo esto camino del aeropuerto a Caracas), llegó a la dirección que aparecía en Internet.

“El lugar”, ubicado en una zona apartada y montañosa cercana a la ciudad, era un edificio de altas y gruesas paredes de hormigón, con ventanas pequeñas de vidrios ahumados, jardines xerofíticos y escuetos, y ausencia de vida humana en su entorno.

En la entrada, constituida por un sólido portón de acero, no encontró timbre ni intercomunicador. Así que llamó dando golpes y esperó. Luego de unos minutos, se abrió una ventanita. La Hormiga voló hasta la altura de los ojos, y preguntó por Richard Romero, quien aparecía en la página wessssss como el encargado de “El lugar”. La ventanita se cerró y la Hormiga Atómica volvió a esperar.

Tanto misterio obedece a dos razones:

1) “El lugar” era clandestino.

2) Conviene al narrador para crear expectativa en el lector.

Poco después, el portón se abrió, y la Hormiga Atómica conoció el resto del cuerpo y las ropas que complementaban a los ojos que lo habían recibido en la ventanita. La cara le fue esquiva, pues de imediato giró y empezó a alejarse.

De primer momento, hubo algo que le hizo sentir un leve escalofrío. Miró hacia los lados, irguió sus antenas ultrasensibles. Sin duda, había algo raro en el ambiente, y también en el guía que lo llevaba al interior de “El lugar”. Pero como uno sabe que las cosas están mal cuando mira a una persona de frente y no de espalda (a menos que seas japonés y estés en una película de terror japonesa), la Hormiga Atómica no pudo determinar qué pasaba con el individuo que le servía de Virgilio a través de aquel frío laberinto.

Por fin llegaron a un amplio despacho. Las sombras, las motas de polvo que flotaban en el aire y las alfombras persas hacían su juego de lujos.

Al fondo, en el contraluz de una pequeña ventana ojival (recuerden que todas las ventanas eran mínimas), aguardaba una figura humana en un gran escritorio. La Hormiga Atómica fue llevada hasta allí. Al sentarse, intentó lanzarle una mirada detallada al rostro de su guía, pero éste se movió como un ágil felino, escudado además por las sombras que vestían aquel sitio.

El hombre del escritorio tampoco podía verse con claridad. Todo él estaba cubierto con un manto de penumbras.

-Caballero –dijo el hombre.

-¿Señor Richard Ricardo? –preguntó Hormiga.

-El mismo que viste y calza.

-Vengo… vengo a solucionar… mi… mi…

-Problema –completó Richard Ricardo.

La Hormiga Atómica tragó saliva. Nada dijo.

-Olvídese del bisturí –continuó el hombre de las sombras.

-Eso me parece fenomenal, porque ningún bisturí puede cortarme –respondió Hormiga.

-Olvídese de la inyección.

-Ese me parece fenomenal, porque ninguna aguja puede pincharme.

-Olvídese la manguera.

-Eso me parece fenomenal, porque ninguna manguera puede penetrarme.

Richard Ricardo tosió, para luego decir:

-Su palabra vaya por delante.

-Por supuesto.

-Por el suyo –soltó en voz baja el hombre.

-¿Qué?

-¡Olvide esto también! –dijo Ricardo alzando la voz.

-Lo olvidaré por su propio bien.

-Por el suyo –dijo otra vez bajito Richard Ricardo.

-¿Otra vez?

La Hormiga Atómica se puso de pie, los puños apretados.

-Olvide, olvide todos sus problemas –dijo el hombre tranquilamente-. Aquí tenemos la tecnología de punta que cambiará su vida y lo hará sentirse joven otra vez.

La Hormiga Atómica sonrió, y sacó la chequera.



DESPUÉS

Feliz andaba la Hormiga Atómica. Había vuelto a ser el mismo de antes. Lucía joven, lozano. Ya saben, un súper-héroe no puede envejecer. Un súper-héroe debe ser una imagen siempre luminosa a los ojos de sus admiradores.

Así, volvió a dejarse ver en los sitios públicos (tenía tiempo escondiéndose). Iba a los restaurantes y firmaba autógrafos. Era de nuevo el héroe bonachón de aquellas viejas comiquitas.

Estaba en su mejor momento, cuando, una tarde, se miró al espejo y vio algo raro. Tuvo un leve escalofrío otra vez, aquel mismo airecito malsano que experimentara en “El lugar”.

Volvió a mirarse al espejo. Notó una ligera diferencia. Algo así como una picadura en su mejilla derecha. Sí, era eso, una picadura y más nada. Pero, ¿y el escalofrío? Pensó en “El lugar”. Recordó las sombras, al hombre brumoso del escritorio, al guía impreciso. Ahora que lo pensaba bien… todo había transcurrido en una especie de mundo onírico donde la niebla era omnipresente. Y con quienes había tratado habían sido como fantasmas, como seres sin rostro…

Dos días más tarde, la Hormiga Atómica había roto todos los espejos de su casa.

No quería verse reflejado en ninguna parte.

Algo terrible había ocurrido.

Emprendió el vuelo. Viajó a la velocidad de la luz. Llegó a “El lugar”.
No se preocupó por llamar a la puerta. Usando toda su fuerza, lleno de ira, Hormiga atravesó las paredes.

Los ladrillos y el acero volaron por todas partes. La luz entró a borbotones.
Unos gritos llenaron el espacio, pero entre el polvo y la invasión de luz se le hizo difícil saber qué ocurría.

Por fin llegó al enorme despacho de la pequeña ventana ojival. Descendió sobre el escritorio, frente a Richard Ricardo, el hombre de las sombras que ya no tenía sombras, ni tampoco era hombre, ni mujer, ni nada que pudiera semejar a un ser humano. Era, nada más y nada menos, que un mutante. Un horrible mutante que se parecía a… a… a…

Richard Ricardo ululaba lleno de terror y desesperación. Era como si no soportara la luz, como si no cupiera en su vergüenza.

Cientos de mutantes empezaron a rodear el escritorio. Todos se lamentaban con igual intensidad.

La Hormiga Atómica los detalló. ¡No, no podía ser! Estaba en camino de convertirse en hermano de aquellos seres deformes. Sus rostros –los de ellos, el de Richard Ricardo y suyo- parecían venir de un semblante original, de una cara madre. ¿Pero cuál? ¿Pero cuál?

Aquel rostro mutante que se repetía en todos se le antojaba conocido. De pronto, lo relacionó con un canal evangélico. Sí, alguna vez vio ese rostro en un canal cristiano. Pero también antes, alguna vez, en un congreso de personajes legendarios, un tigre venezolano que recién había salido del clóset -Tío Tigre se llamaba-, le confesó su amor por la dueña del rostro. ¡Pero claro! ¡Y después la vio en el canal evangélico! ¡La vio cantando!

¡No, no podía ser! ¡No, él no quería parecerse a ella! ¡Él no quería tener el rostro de Lila Morillo!

-¿Pero qué han hecho? –gritó la Hormiga Atómica.

El antiguo hombre de las sombras –y el que más se parecía a Lila Morillo-, se incorporó y le dijo:

-Hace años surgió una maravillosa solución para eliminar de nuestras vidas las cirugías plásticas, el bótox y las liposucciones. Un científico ruso que vino a trabajar en los reactores que el gobierno montó a brinco rabioso hace diez años, trajo la idea: un tratamiento a través de pequeñas dosis de radiación. Lo probamos, y fue fantástico. Desaparecieron las panzas, las arrugas, se inflaron las tetas, las nalgas, los labios. Y toda esa maravilla era posible con sólo someterse a dosis mínimas y controladas de radiactividad.

-¿Queeeeeeé? –gritó la Hormiga-. ¿Eso fue lo que hicieron conmigo? ¿Me sometieron a la radioactividad?

-Sí –respondió lacónicamente el hombre.

-¡Me engañaron! ¡Me estafaron!

-No, usted nunca preguntó, amigo, nunca. Se dejó hacer, sin chistar. Usted
estaba desesperado, usted quería volver a ser joven.

-Eso es cierto, pero, pero… ¿si ya sabían los resultados por qué siguieron?, ¿por qué no dijeron nada?

-¿Pero qué cree? ¡Nadie puede ver cómo el rostro de Lila Morillo invade el propio sin volverse loco! ¡Porque nosotros estamos locos! ¡JAJAJAJAJA! ¡TOTALMENTE LOCOS!

Los mutantes se echaron a reír a carcajadas.

-¿Y por qué Lila Morillo? ¿Por qué ella?

-Lo único que hemos podido averiguar es que el ruso, que por cierto se fue a vivir a Cuba, era fanático de Lila.

-¿Era gay?

-No sabemos, ¿por qué? –respondió Richard “Lila” Ricardo.

-No bueno, porque Tío Tigre lo era.

-¿Y eso qué tiene que ver? ¿Quién es el tal Tío Tigre, además?

-Nada, nada, olvídelo –dijo Hormiga ya con el llanto haciendo estragos en su voz.

Ya vencido por el pánico y la desesperanza, nuestro héroe se dejó caer de rodillas al suelo, y su llanto comenzó a confundirse con unas aberrantes carcajadas. Los otros mutantes lo abrazaron, enternecidos, y, al mismo tiempo, dándole la bienvenida, acogiéndolo en su patética hermandad.



AHORA

Desde entonces, aquel que alguna vez fue la Hormiga Atómica porta el rostro de Lila Morillo, y no deja de cantar a viva voz El Cocotero mientras golpea sin piedad a los malos, es decir a todos los cirujanos plásticos del planeta tierra.

Ah, y ahora su nuevo nombre es… Lilahazard.


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MI OPORTUNIDAD NUCLEAR

Juan Zamora



Cuando me enteré de la posibilidad de que una planta nuclear fuese abierta en nuestro país, me dije, "esta es mi oportunidad". La oportunidad de pasar a la notoriedad, de dejar atrás el anonimato, de poner fin a una vida atiborrada de extenuante monotonía.

Ser alguien importante, un personaje capaz de hacer cosas inverosímiles y acabar con la rutina. Dos pájaros de una sola descarga de rayos fotónicos.

Sólo sería cuestión de conseguir empleo en la planta. Una vez dentro, ya tendría un cincuenta por ciento logrado, el resto dependería del tipo de contacto que pudiese establecer con la energía nuclear o la radioactividad.

Cualquier hijo de la patria sabe que existen personajes y criaturas con particularidades o características resultantes de su intrínseca relación con sustancias o fuentes energéticas, tóxicas y altamente contaminantes. La cosa, como ya dije, estaría en el contacto.

¡Una araña!, dejar caer disimuladamente una pequeña araña dentro de un pote de uranio, para luego recogerla y hacer que me pique; eso sería un buen plan.

Andar de edificio en edificio, ayudado por chorros de pegajosa y resistente telaraña, me libraría del tráfico y los impertinentes empellones en el subterráneo.

También podría embadurnarme con bronceador y exponer mi humanidad a los reflejos del reactor principal. Salir volando hecho una bola de fuego, o dando zancadas con unas piernas que se pudieran estirar a más no poder sería genial.

Ni hablar de poder caminar por cualquier sitio sin importar la hora, porque andaría envuelto en un campo de fuerza magnético e impenetrable. Qué tal hacerse el “transparente” a voluntad. ¿Y si me vuelvo una roca? De seguro le sacaría la piedra a más de uno...

El sometimiento a una intensa sesión de rayos gamma pudiera hacerme salir verde de la arrechera, entonces aprovecharía para arremeter en contra de unos cuantos.

Poco me importaría que se derramara un poquito de material radioactivo en mi cabeza y me obligara a cargar con un caparazón y tener nombre de escultor italiano, si esto me asegurara la maestría en el uso de las armas y técnicas ninjas.

Claro, que lo de vivir en una cloaca y tener que hablar con una rata, no me hace gracia, pero lo de poder combatir la inseguridad con mis propias manos y alimentarme con pizzas, haría la gran diferencia.

Cabría la posibilidad de que un rayo cayera en algún lugar de la planta lleno de químicos y yo, encontrándome cerca, fuese bendecido con poderes sobrenaturales, como por ejemplo, la velocidad del rayo.

Mi esposa, cuando hace gala de su naturaleza sarcástica, afirma que ya poseo esa cualidad, pero yo en realidad a lo que me refiero, es al don de trasladarme en escasos nanosegundos, de un lugar a otro.

El punto es que ya estoy preparando documentos, referencias y fotocopias. Tengo listos varios currículums con distintas especificaciones y habilidades, porque lo que soy yo, estoy dispuesto a entrar, así sea ocupando el más bajo de los escalafones.

Sí señor, todo sea por dejar atrás una vida sedentaria y contemplativa, carente de la más mínima dosis de contenido transmitido en horario supervisado y con elementos de tipo C, D y E.

Poner a un lado aquello de: “A luchar por la justicia” y cambiarlo por la simple y buena disposición de atizarle un porrazo a cuanto abusador se atraviese; esa sería la consigna.

Nacería una nueva estirpe de Súper Héroe: “El Capitán Isótopo” o el “Gran Coulombs” –Todavía estoy dudando de éste último...

Sé que muchas organizaciones ambientalistas no estarían de acuerdo con la puesta en funcionamiento de la planta. Imagino a un puñado de naturistas “comeflores”, manifestando frente a las instalaciones, argumentando lo del recalentamiento global, la contaminación, los arroyuelos sucios y la perdida de la capacidad de reproducción del hombre.

¡Nimiedades! Qué es eso ante la posibilidad de poder dejar atrás un vida impasible e inveterada. Además de aportar a la humanidad y al mundo del comics, un paladín más.

Abajo la necedad ecologista, bienvenida sea la apertura a la “Oportunidad Nuclear”.

MUTANTES ORGANIZADOS

Javier Castillo Lander


Hoy, mientras cenaba a solas, mi único hijo (Ramsés) llegó a casa más temprano que de costumbre y se acercó hasta la mesa comentando con un tono algo misterioso, que quería conversar conmigo. Remarcó que sus intenciones eran compartir más que de padre a hijo, con un verdadero amigo.

De inmediato se me vino a la mente la idea que mi hijo estaba listo para salir del clóset y confesarme que era toda una hembrita. Pensé que intentaría hacerme entrar en razón con argumentos post-modernos que según su idiosincrasia y sentimientos “yo como amigo”, tendría que entender y compartir. A pesar de esta desgracia anticipada, supe guardar silencio y antes de dar mi veredicto al respecto y explicarle que contaba solo con 24 horas para largarse de mi techo, interrumpí el pollo en brazas de Los Hermanos Riviera que me estaba comiendo, y preferí escuchar lo que tenía que decir.

“Ramsi”, como le hemos llamado desde que es un niño. Que ahora que lo pienso… ¿para qué le ponemos un nombre a nuestros hijos si tenemos planeado el sobrenombre, apodo o diminutivo, incluso desde mucho antes de su nacimiento? ¡En fin! eso no viene al caso.

Para mi sorpresa, el tema que Ramsi quería discutir conmigo no era otro sino cuál sería la mejor manera de pedir la mano de su amada novia. Emocionado dijo que estaba listo para casarse y que mañana la sorprendería con su proposición. Mi pobre muchacho no paraba de hablar que si “fulana” era la mujer de su vida, que si yo había conocido a alguna mujer tan bella como ella, etc, etc…

Sentí temor, lo confieso, y lo peor de todo, es que me hizo recordar a su madre (la mutante). Así la he llamado desde que nos divorciamos. Sentí tanta angustia por la noticia, al punto de que hubiese sido preferible que Ramsés confesara su debilidad por mordisquear almohadas. ¡Verídico! Era preferible eso, a que el muchacho se casara así, de buenas a primeras… sin saber en qué peo se estaba metiendo.

En ese momento supe que había llegado el momento de hablarle a mi hijo acerca del “A.V.A.I.M.E”.


Apenas nombré las siglas, su expresión de confusión exigía a cambio que profundizara al respecto. Repetí el nombre y expliqué… A.V.A.I.M.E. (Asociación de Víctimas Anónimas e Involuntarias por Mutantes Encubiertos).

Su rostro transpiraba sus dudas mientras yo continuaba diciendo:

—Efectivamente hijo. Aunque te parezca mentira, las mujeres, en su mayoría, son mutantes. Tu pobre padre ya pasó por esto hace diez años por culpa de tu madre. Nunca te lo he dicho, pero yo no sabía qué hacer mientras tu madre mutaba en silencio. Fue entonces cuando empecé a frecuentar bares para intentar llegar a casa tan tarde como fuera posible y no presenciar el proceso y, en una de esas tantas borracheras, fue donde me hablaron por primera vez de esta asociación sin fines de lucro. Desde el primer día me ayudaron con mi tragedia y desde entonces, no he faltado a ninguna de las asambleas que se arman los primeros sábados de cada mes; aunque ahora, en vista de mi experiencia, asisto no como víctima, sino como orador y consejero.

También le expliqué que la A.V.A.I.M.E. ha ayudado a más víctimas del timo del matrimonio que los Alcohólicos Anónimos a sus borrachos. En nuestra organización cada sede es autónoma, sin embargo se maneja una misma filosofía a nivel mundial: Soporte psicológico y sobre todo “prevención”.

Después de explicarle a grandes rasgos quiénes éramos, pregunté;

—¿Qué tan detallado has observado a la madre de tu futura esposa? Pregunto esto porque debo prevenirte. Las mujeres (especialmente la de uno) mutan en silencio, no dejan huella inmediata sino hasta que los cambios son evidentes e irreversibles.

Ramsés me interrumpió incrédulo y ofendido. Susurraba mientras se marchó a su recámara con un tono hiriente: que para él, ahora quedaba claro el por qué su madre me había dejado. Quise replicarle que había sido todo lo contrario, pero no quise seguir llamando a la mutante de su madre (mutante) enfrente de él, para evitar así un alejamiento irreconciliable. A pesar de eso, me pareció prudente dejar bajo la puerta de su habitación, uno de los panfletos tipo cuestionario que entregamos a los nuevos visitantes en nuestras reuniones mensuales.

Escuché detrás de su puerta cuando cogió el papel. Solo bastaron unos segundos y sentí como lo estrujaba entre sus manos mientras repetía que los dos estábamos locos.(Se refería a la mutante de su madre y mí).

Inconforme y desesperado por su reacción, le supliqué desde el otro lado de la puerta que desdoblara el papel y lo leyera. El silencio no se hizo esperar e insistí casi con lágrimas en los ojos. Intenté de mil maneras que me hiciera caso hasta que finalmente accedió.

Eran muchos años conviviendo con mi hijo como para no darme cuenta que el sarcasmo y la ironía arropaban su voz. Y entonces, comenzó a leerlo en voz alta sin siquiera abrirme la puerta:



A.V.A.I.M.E.
Asociación de Víctimas Anónimas e Involuntarias por Mutantes Encubiertos.
CUESTIONARIO Y LISTA DE CHEQUEO PARA PREVENIR MUTANTES EN CASA




Estimado amigo:


Esta es la mejor herramienta con la que usted cuenta para prevenir estafas por mutaciones silenciosas de su futura esposa.

Para empezar, es necesario que se pregunte: ¿Qué tan detallado ha observado a la madre de su futura esposa? Una vez lo haga, inmediatamente haga la respectiva proyección fisonómica para tener un pequeño abreboca del futuro inminente... ¿Cómo que nunca se lo había preguntado antes? ¿Que le parece perverso? ¿Que en su caso, sí lo ha intentado, pero que la vieja pasó a mejor vida?

Si esta última es su situación, intente conseguir de inmediato una de esas fotitos familiares donde aparezca su suegra. Hable con su mujer y exíjale alguna fotografía de la difunta. Eso sí, de la más recientes; no caiga en la típica trampa de que le hagan creer que su propio futuro está a salvo mientras le exhiben cualquier fotografía en blanco y negro donde la susodicha aparezca radiante posando espléndida sin mostrar aún las evidencias de su inexorable mutación. No se deje embelesar con comentarios como: "¿Verdad que somos igualitas, mi amor?". "Qué bella era mi mamá ¿no te parece?" ¡No lo permita! Ese es el error más común en todas nuestras victimas inscritas en el A.V.A.I.M.E.

Recuerde, usted quiere ver una foto reciente y, si es en la playa mejor. De ahí usted podrá tomar una decisión a tiempo que podrá salvarle la vida ¿Y por qué no?, el bolsillo. Porque cuando la mutación de su mujer haya comenzado, no habrá marcha atrás. Gastará fortunas intentado contrarrestarla, pero será inútil. Todavía está a tiempo, visite a su futura suegra de inmediato y cerciórese de los siguientes puntos:

BIGOTE: Lo primero que usted debe descartar es el bigote. Aunque le cueste un mundo, haga un esfuerzo sobrehumano y salúdela con un beso prolongado. No desaproveche la oportunidad y con el ojo que mejor domine haga un enfoque en su bigote y con el otro ojo haga un acercamiento visual en su mentón. Si se percata de la existencia de ese bello desagradable que emula al vello púbico pero facial. Esta es la primera señal de alerta. No piense que su mujer no correrá con el mismo infortunio.


Si el bigote de su futura suegra no fue un problema, no significa que se va a ir corriendo a los brazos de su amada. ¡No! ¡No lo haga! Aún quedan muchos tips por descartar:

VÁRICES, UÑEROS Y JUANETES: Sea persuasivo y hágase de su confianza. Ofrézcale a su suegra un masaje en los pies. Por favor, sin insultos, que nosotros no tenemos la culpa. Solo queremos ayudarle.

Ármese de valor y remueva el calzado que le protegen los pies y levante poco a poco la falda o dormilona (depende del caso o la hora) y fíjese atentamente en sus pantorrillas. Tenga en cuenta que las várices se heredan y esta inflamación en las venas y cambio de color en las mismas. Créame le sucederán a su mutante en su debido momento. Si su suegra tiene las piernas como un mapa fluvial del estado Bolívar, considere seriamente en abandonar la misión y no vuelva más a esa casa.

Con las uñas y juanetes, usted lo que necesita descartar aparte de la pelambre en su empeine, es la textura de la piel. Los juanetes de su mutante serán capaz de convertir los pies de su amada en una imitación de las patas del Frodo (The Lord of the rings) o aún peor, como en testimonios que hemos presenciado de nuestros participantes donde indican sentir que conviven y duermen en la misma cama con el mismísimo Condorito. Tampoco usted querrá amanecer con una “persona” que con sus uñas sugiera que cambia trucos por golosinas.

ALIENTO Y DENTADURA: Otro tema que es muy importante es su aliento y en la forma de pronunciar las palabras. Debe percatarse de la cantidad de saliva que almacena entre cada oración, cuanta de esta saliva salpica a su alrededor y cuanta se queda retenida en sus fauces. Acérquese e intime con ella. (En plan secreteo) hágale creer que usted es su confidente. Perciba el olor de su aliento. Aunque usted no lo crea, el aliento es otro de los puntos más dramáticos de estas mutantes. Si usted piensa que su mujer nunca contará con esa dentina de mescolanza de babas viejas y añejas, se equivoca. La mutación no perdona y ahora usted quizás goce de los privilegios de las endorfinas sexuales que le invocan placer cuando besa a su pareja, pero… eso no será eterno… así que asegúrese del grado de acidez o/y putrefacción en su aliento.

La dentadura es fundamental. En este caso, se mantiene intacta a la de sus mejores momentos. El problema surge con las arrugas. No hay nada que una carita bonita pueda disimular, pero cuando llegue el momento de la mutación, le tocará convivir con un pequinés con mal aliento.

NALGAS: Vaya si esta es importante. Aquí será un poco difícil descartarla si ella suele vestirse con esos batones que la hacen parecer a Walter Mercado. En este caso, no hay mejor prueba que llevarla a la playa.

Ya le dije que los insultos son innecesarios. Tampoco le ayudarán a usted. Aquí quien está de su lado somos nosotros. Así que por favor no nos siga insultando y continuemos…

Cuádrese una playita en familia. Lleve consigo cámara fotográfica, snorkel, lentes de sol (bien oscuros) y lo más importante, su propio vehículo, en caso que tenga que huir y dejar botado a todo el mundo. Los lentes de sol son para que pueda permanecer periodos prolongados de observación. El snorkel es para verla a través del agua. Esta experiencia puede ser perturbadora. Si se da el caso que la muy sinvergüenza se mee con el pasar de las olas, o percibe burbujas inesperadas también son un indicativo de su propio futuro. Su mutante lo hará con usted. La cámara es simplemente por si quedan dudas de la deformidad, desenvolvimiento al andar y sobre todo: postura y resultado final mientras permanece tumbada en la silla plegable. Lleve estas fotos consigo y coméntelas con sus amigos de confianza. Alguien con quien pueda usted esperar un consejo de amigo y no alguien que le hunda para siempre.

VERRUGAS: …


En ese momento, Ramsés detuvo su lectura. Se me hizo extraño, en vista que apenas comenzaban las más importantes de la lista. Se escuchaba movimiento dentro de su habitación. Un constante abrir y cerrar de gavetas me indicaban que Ramsi buscaba algo. Al rato, abrió la puerta y con una expresión de puntos suspensivos, me entregó una especie de volante propagandístico, no sin antes decirme:


—Por esto te abandonó mi madre.


Enseguida me cerró la puerta en la cara y yo me quedé allí, como esperando algo más.

Nunca imaginé que leería algo parecido. El título del volante decía: M.E.E.M. (Mujeres Estafadas por Esposos Mutantes) le invita a participar de nuestro 160 aniversario en una reunión…


Y ahí lo explicaba todo.

Jamás sospeché de su existencia. Lo reconozco. Confieso que quedé anonadado, pero lo cierto es que desde entonces, entendí que las mujeres siempre serán mutantes, eso sí, mucho más organizadas que los hombres.

DOS ESTROFAS DEL HIMNO NACIONAL DE LA REPÚBLICA FOTÓNICA DE BETAZUELA

Joaquín Ortega



GLORIA AL BRAVO RADIO
QUE CURIE NOS DIO
GEIGER RESPETANDO
AL CRIPTÒN Y AL IÒN (BIS)

ABABJO ANTIMONIO (BIS)
SELENIO GRITÒ (BIS)
Y EL EFECTO COMPTON
SU FISIÒN PIDIÓ

Y SI EL AMERICIO
CAPTURA AL NEÒN
SEGUID EL EJEMPLO
QUE EL CARBONO DIO...

http://joaquinortegascripts.blogspot.com/

HABLEMOS EN PARTÍCULAS

Lena Yau



Up Quark

-¿Estudias o trabajas?

- Trabajo

- ¿Y a qué te dedicas?

- Soy oledor.

- ¿Oledor?

- Sí. Oledor. Como suena. Oledor.

- Ja, ja. ¡No me digas! ¿Y qué hueles?

- Huelo axilas.

-¿Qué? ¿En serio?

- Sí. Mi departamento se encarga de investigar lo relativo a sudoración, antitranspirantes y desodorantes.

- …

- Mis superiores hacen una selección de axilas. Las buscan en el Metro. Una vez convencidas (emolumento mediante) son trasladadas a un salón especial de la Planta.

-¿Para qué?

- Para analizarlas. Entonces entro yo. Las huelo. Tomo nota. Las hago correr en la cinta. Las vuelvo a oler. Tomo nota. Les aplico antitranspirante y desodorante. Subo el termostato. Tomo nota.

-¿Y?

- Redacto un informe que luego usarán los químicos, los físicos y los genetistas para desarrollar productos.

-¿Qué tipo de productos?

- Bombas fétidas. A diferencia de las bombas atómicas, las bombas fétidas son biodegradables. Ecológicas, pues. Están aprobadas por el protocolo de Kyoto.

-Ah.



Down Quark

Lo echaron de Bodegas Arcipreste porque dejó de oler para darle al pimple. Cambió las notas de heno, de cereza, de cuero, de almizcle, por voladoras, tripeos, colocones, cogorzas, peas, curdas, ratones, resacas, perseguidoras, crudas y monas.

No lo salvó ser Nariz de Oro cinco años consecutivos. Cuando Mecagüentusdientes descubrió que Sinesio se había soplado cien botellas de reserva especial edición limitada y numerada le quitó el catavino y le dio un patadón en las posaderas.

En el culo, vamos.

El golpe fue tan fuerte que voló por los aires y cayó en la Planta Nuclear vecina.


Lo contrataron.

Ahí sigue.




Strange Quark


Prestigiosa Planta Nuclear líder del sector precisa:

1 Jefe de Unidad Autónoma de Producción I + D



Dependiendo del director y con 30 personas a su cargo, se responsabilizará del funcionamiento en lo relativo a la producción de su departamento.

Funciones:

- Gestión de equipos de producción de 25-30 personas.

- Sólida experiencia en el lanzamiento, la planificación, la fabricación y el seguimiento de los productos.

- Calificaciones logísticas para la gestión de las compras.

- Responsable de la productividad, los plazos y calidad.

- Cuidar de la seguridad de los hombres y de los equipamientos.


Ofrecemos:

- Alta en la seguridad Social.

- Remuneración acorde a valía.

- Jornada laboral completa.

- Contrato indefinido.


Imprescindible:

- Formación profesional en grado superior.

- Gran dominio del espectómetro de resonancia magnética atómica.

- Maestría en el uso del termocirculador.

- Conocimiento profundo del nitrógeno líquido y sus aplicaciones.

- Idiomas valorados.



Top Quark

Queridos Papá, Mamá y Santi:

Escribo corto porque llevo prisa. Por favor no se quejen que tengo mucho lío. Os cuento que…¡tengo curro! ¡Y en lo mío! No, Santi, no me he caído del tejado. Sin enchufe, a lo clásico: leo anuncio en el periódico, cumplo con los requisitos que solicitan, envío currículum, llaman para entrevista y entro…!Yo que pensaba que ese proceso era una leyenda urbana! Fijaros qué bueno fue ser cabezota y terminar una carrera que según vosotros no pintaba muy allá. Reconozco que tiene poca salida para chicos, ya no digo para chicas. Pues eso, lo dicho. Tengo curro. En una empresa muy importante y con un paquete muy atractivo. Comienzo el lunes.

Besicos.

Camino.


Bottom Quark

¡Epa güevón!….¿Viste la nueva jefa?...asómate un pelo, chamo…por aquí, por aquí. ¡Coño! Pero no seas tan bandera, vale. La tipa se llama Camino. Está buena ¿verdad? A esa me la caminaba yo todita, pana, ¡qué rica! Tiene las batatas gordas, como todas las gallegas. A mí las jevas me gustan así, con grasita pa´agarrá. Shhh, disimula, chamo, que ahí viene. Ya vas a ver. Pásame el sifón, brother.

- Chef, ¿quieres que te sifonée?

- ¿Qué dices?

- que si quieres que te sifonée…los chupitos…

- No entiendo.

- Mira, ve, ¿tú no me dijiste que quieres que te corone…los chupitos?

- Pero ¿de qué os reís? Es que sois tontos, de verdad. ¿Por qué no os devolvéis a la selva con los monos?

- Tú no me copias. Las comanda dice que los chupitos de calabaza llevan espuma de naranja, café y jengibre. ¿Quieres que se la coloque ya?

- Para empezar no me tutees. Si quieres seguir en este equipo vete a una parroquia o a una asociación de inmigrantes para que te enseñen a hablar castellano. Y no te pases de listo conmigo.

- Cónchale, disculpa.

- Deja el sifón en su sitio y coge la fregona. Y tú, risitas, ven conmigo. Necesito que aprendas a cocinar con nitrógeno líquido. ¡A qué puñetas esperas! ¡Coge la fregona! ¡Será mamón el tío!


Charm Quark

Restaurantes alternativos: Comer en una Planta Nuclear.

Camino Cunqueiro aterrizó en este restaurante de pequeñas dimensiones, casi un bistrot, para hacer un milagro: que funcione una casa de comidas dentro de una Planta Nuclear. La idea fue de uno de sus directivos, Pascua Baro, quien pensó que no hay nada más parecido al yantar que una planta nuclear, al fin y al cabo ambas cosas trabajan con energía (sic). Lo que en un principio pareció la ocurrencia descabellada de un ejecutivo excéntrico fue tomando cuerpo, hasta llegar a lo que hoy es.

Para la Chef, buena parte del éxito de sus platos radica en el uso que hace del espectómetro de resonancia magnética atómica, artilugio que en su origen se destinó para diagnósticos médicos pero que en la cocina se usa para el análisis de los alimentos.

“Los alimentos que guardan composiciones similares resultan en combinaciones maravillosas”. La carta es corta. Figuran en ella seis Electrones (entrantes), cuatro Muones ( platos de carne), cuatro Laus (platos de pescado) y cuatro Neutrinos (postres). Aunque aparezcan separados por las nomenclaturas los platos se invaden. Así un entrante puede ser un segundo, un postre puede ser un pescado y un plato de fondo puede ser un aperitivo. Para evitar confusiones sugerimos probar el menú de degustación. Del mismo destacamos el Electrón 1 (sándwich de sandía con sardinas marinadas en vainilla), auténtica delicia. Maravillados y perplejos nos dejó el electrón 3 (pepino frappé con espuma de cerezas marrasquino y cracker de oreja de cerdo). Llaman la atención el Muón 2 o Beefseltzer (cubito de carne efervescente) y el Lau 4 (hojuelas de pescado deshidratado rociado con vapor de madreperla) más que por el sabor por el estupendo montaje. Los neutrinos son buenos e igual de originales que el resto de la propuesta de Cunqueiro. Cocina deliciosa y sin fuego. Los platos se elaboran con termocirculadores y nitrógeno líquido. En el apartado de los vinos (Antiquarks) observamos una carta más bien pobre. Nos extraña. Al finalizar la comida tropezamos con Sinesio Infante, ex catador de las Bodegas Arcipreste y la mejor nariz del país. Tal vez Pascua Baro debería encargarle el diseño de la carta de vinos y espirituosos.


Los Seis leptones.

Calle Churruca. Nave 7 bis. Polígono Industrial Virgen del Puerto.
Teléfonos: 673 673 182

Tipo de cocina: molecular
Fumadores: no
Día de cierre: Sábados noche y Domingo.
Indispensable reserva.


http://milorillas.blogspot.com


FÁBULA DE ESTRONCIO: LA LUZ DE ADENTRO

Sergio Márquez


―Debes brillar con tu propia luz interior― increpábanle a Enrico Fermi sus operáticas voces interiores, justo cuando transitaba los días a la vez más luminosos y más oscuros de su vida. Fermi nunca entendió demasiado bien este esquizoide axioma reiterado ad infinitum por su conciencia, y dedicó el resto de su existencia a la invención de un radiante supositorio plutónico que acallara con su luminiscencia los crueles alaridos en su cabeza. Fermi pudo, llegado virtualmente el fin de sus días, cristalizar tan peculiar dispositivo, y no dudó ni un segundo en ponerlo a prueba, utilizándose a sí mismo como conejillo de indias. Fermi introdujo el supositorio en su cuerpo por la vía acostumbrada, sintiendo prácticamente de inmediato el efecto psicomimético que los isótopos inestables ejercen sobre el alma de los científicos probos. A pocas horas de la aplicación, ya el noble anciano había adquirido las taumatúrgicas propiedades inherentes a los cuerpos radioactivos: podía impresionar placas fotográficas con el pensamiento, ionizar el numen de los gases, producir fantasmagóricas fluorescencias electromagnéticas y atravesar levitando los cuerpos opacos a la luz ordinaria. Explicar la epifanía que tal transformación significó en la vida de Enrico sería subestimar el buen entendimiento de nuestros lectores; ya jubilado, Fermi se dedicó entonces a iluminar el mundo. Trazó un plan maestro por medio del cual sembraría el anima mundi de electrones y protones fulgurantes, que a través de su energía transformaran el aura positrónica del planeta; no más guerras, no más destrucción y miseria: solo el centelleo ambarino de la radioterapia universal esparcida por la nebulosa de su frágil cuerpo etérico. Un plan maestro, sí, pero con una única y dolorosa falla: el sabio anciano desconocía el método que le permitiera irradiar aquella energía más allá de sus propios huesos. Sopló, meditó, se concentró, oró, escupió, grito, pero nada parecía permitir que Fermi modificara el mundo tal como lo conocemos por virtud de su energía subatómica. Tanto empeño puso en su labor mesiánica, que un día, en la cúspide de uno de tantos esfuerzos sobrehumanos de concentración, sus ya débiles intestinos lo traicionaron, y Fermi, agotadísimo, se cagó. Si, se cagó en los pantalones, y lo que de allí surgió maravilló al mundo presente y por venir. Enrico Fermi había cagado luz. Luz pura y enceguecedora, y todo lo que aquella luz fecal tocó, lo convirtió en inmediata maravilla. Por doquiera el hombre de ciencias cagaba, allí florecían la vida y el espíritu, allí fundaban reino los ángeles de Dios. El mundo cambió, Enrico lo metamorfoseó en un orbe refulgente de átomos danzantes. Llegada la hora de su triste e inevitable muerte, la humanidad entera, en agradecimiento, sepultó con honores papales a Fermi en un sepulcro cercano al nife del planeta, hecho de cien muros concéntricos de concreto armado entreverados con gruesas láminas de plomo fundido, mercurio y esferas de carbón. Su viuda fue obsequiada por los líderes del mundo nuevo con un moderno contador Geiger, para que así la pobre fuera capaz de sentir a su marido, donde quiera que estuviese, hundido para siempre en el corazón radioactivo de la tierra.